Ayer supe que la vida jadea, igual que las despedidas o remordimientos de labios que muerden conciencias. Ayer no vino nadie a decir lo que dije. Ayer vi mi rabia a lo lejos, que ha sido ceniza y árboles. Verde rabia. Ni el ayer entierra mi dignidad.
El ayer. El ayer que es una picadora de hielos de compás preciso. El ayer que a veces es piedra y a veces arena. Ayer siempre húmedo, empapado en vivencias, miserias que no vives. Ayer desnavajado por la impaciencia de recorrer el hoy. Ayer no tiene respuestas ni papel mojado. Ayer se derrumbaron los techos de la inmundicia: la cultura no detiene el asesinato. Ayer, una vez más, coletean cadáveres en titulares y telediarios. Ayer no es más que la repetición de hoy para los desheredados. Ayer maniata la esperanza sin compromiso. Ayer se vuelve del revés y me regala un nuevo día. Ayer comienza de nuevo.Ayer no tiene despedidas, pero si conciencias. Ayer es sólo una estación a la que asomarse por la ventana del tiempo. Ayer no es la estación terminal. Ayer es solo el comienzo del fin con el que se une el principio de hoy. Ayer es todavía hoy.
Ayer es sólo una oportunidad perdida. Ayer es el disfraz conjugado de la espiral de los seis millones de segundos. Ayer es abrir los ojos de nuevo y llegar al hoy. Ayer, tiempo imperfecto. Ayer esperaba por ti. Tal vez por mi. Y ya nadie le responde al ayer. Ayer es la melodía gastada que te desgasta. Ayer no vuelve nunca por el mismo camino hacia tus ojos. Ayer son todos los nombres olvidados. Ayer se repite en su propia vorágine. Ayer es demasiado tarde para cambiarlo. Ayer...¿lo has visto?
No sé si quiero volver al ayer para poner el hoy patas arriba. esperando lo inesperado.
foto:laura
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