jueves, 1 de noviembre de 2012

A veces nombro el mundo con la pereza de un lunes enmarañado y terco, con el peso y el paso de un dia de mármol, frio, partido, perdido, pesado, con la luz inhabitada y pura que tiene lo no pisado, con la dejadez de lo exhausto.
A veces nombro la vida con la pureza que se merece, con el pulso templado y limpio de un alba sin batallas, con el odio mordido y dormido en algún callejón creado sólo para él.
A veces espero detrás de cada dia, detrás de cada hora, de cada mentira, de cada sueño, de cada boca.
Y espero que la piel de algún tiempo negro se caiga, mute arena, polvo fino, y vuele con los ojos vendados, para que no sepa regresar…….


Abandonarse...

Abandonarse al hueco que deja el silencio justo antes de que taconee la voz .
Abandonarse a su sabiduria, su concavidad, su reposo activo, su intuición , su intención, su batalla, sus capitulos heridos, sus hebras de luz.
Abandonarse en su azul de tristeza, en su verde de espera, en su blanco sonido, en su negro dolor, en su roja pasión, en su túnel de tiempo de cualquier color, en su laberinto , en su hueco, en su voz.