…y al doblar la esquina,
Tras haber creído despejar
todas las dificultades.
Confesarme a mi misma,
que nada mereció la pena,
Que lo único de debía seguir afrontando
Eran los miedos y las borrascas
Que seguían atrapadas en mi mente
Las palabras nunca son suficientes para expresar un sentimiento, pero aquí no sirven los gestos.