He estado equivocada todo este tiempo…no son los poquitos que están sitiando el planeta, son los cretinos, esos seres de limitantes congénitas caracterizados por tener el cráneo desproporcionadamente pequeño con relación al resto de su cuerpo, y que por ende su cerebro también lo es, afectando por transitividad su capacidad mental.
Pero no está mal errar, sino no rectificar…así que en estos momentos rectifico: retomaré la mística que me había acompañado hasta hace dos años atrás, y abrazaré la gran verdad que Albert Camús expone en 'el mito de sisifo': 'hay verdades que no merecen la hoguera’, ya no arrojaré una y mil veces la gran roca hasta el pie de la montaña, para tener que bajar a buscarla y empujarla a duras penas hacia la cima; dejaré el agua correr cuando la situación lo amerite, aunque estas sobrepasen los momentos de hogueras...mejor, así no agoto las vidas que me tocan; mejor, así guardo las lágrimas (esas que son de rabia e impotencia ante la opresión de lo ridículo) para cuando sean realmente necesarias; mejor, así se reduce cada vez más el círculo selecto de mis enemigos... esos que sí están a la altura de sustentar un conflicto.
Y aunque estemos sitiados, ellos tomarán sólo lo que le cedamos, aquello que signifique nada, lo insulso, incoloro, eso que es del espacio común; jamás el nuestro... por ese subiré mil veces a la hoguera.
